Nueva separación de residuos en CDMX iniciará el 1 de enero de 2026

El gobierno capitalino anunció el arranque del nuevo esquema obligatorio de separación de basura, con el objetivo de transformar al menos el 50% de los residuos que genera la ciudad y avanzar hacia un modelo de economía circular


Un cambio obligatorio para hogares, negocios y escuelas

A partir del 1 de enero de 2026, todas las viviendas, comercios, oficinas y centros educativos deberán separar sus desechos en tres fracciones: orgánicosinorgánicos reciclables e inorgánicos no reciclables.

El nuevo calendario de recolección establece que los residuos inorgánicos reciclables y no reciclables se recogerán lunes, miércoles, viernes y domingo, mientras que los residuos orgánicos serán recolectados martes, jueves y sábado.

La medida forma parte de una estrategia integral que busca modificar los hábitos de manejo de basura desde el origen, es decir, desde cada hogar y establecimiento.


Una meta clave: transformar la mitad de la basura que produce la ciudad

La Ciudad de México genera alrededor de 8,500 toneladas de basura al día, por lo que la administración capitalina se propone que, para 2030, al menos el 50% de los residuos sean reciclados, compostados o aprovechados de alguna forma.

Como parte del plan, el gobierno impulsará infraestructura especializada para el manejo de residuos, incluida la ampliación y modernización de plantas de composta y centros de separación.


Campaña masiva para cambiar hábitos

Durante diciembre se implementará una campaña informativa para que la ciudadanía conozca el nuevo esquema de separación, los días de recolección y la manera correcta de clasificar los desechos.

La estrategia también involucra a escuelas, empresas, mercados, unidades habitacionales y a las propias autoridades de limpia, con el fin de asegurar que el proceso funcione desde que se genera el residuo hasta su destino final.


Un paso hacia una CDMX más sustentable

La implementación de esta nueva separación pretende reducir la cantidad de basura enviada a rellenos sanitarios, mejorar la calidad del medio ambiente y fomentar una cultura de responsabilidad compartida.

Además, busca impulsar una economía circular en la capital, donde los residuos se conviertan en recursos útiles, como composta, materiales reciclables o insumos para procesos energéticos.

Con este cambio, la ciudad inicia una nueva etapa en el manejo de residuos, apostando por prácticas más sostenibles y un entorno más limpio para todos.